El Aljarafe: El reto de la tienda de la esquina

 He querido relanzar esta noticia para que podamos comparar las predicciones con los hechos finalmente acaecidos. Los empresarios del Aljarafe y la llegada de IKEA:

Pocas veces la apertura de una macrotienda en el Aljarafe -la zona de Andalucía con mayor concentración de grandes superficies- ha levantado tanta expectación como la de Ikea, la marca sueca que ha elevado la compra de muebles a fenómeno social. De ello son conscientes los pequeños comerciantes de la zona: los que trabajan el interiorismo, atentos al devenir de clientes para calibrar el impacto, y el resto sabedor de que la firma, junto a la apertura en junio de las 82 tiendas de la galería comercial y en un año del complejo de ocio, será un catalizador para el mercado que afectará de una forma u otra a los casi 6.300 comercios inscritos en la comarca.

Los más críticos arremeten contra la Junta y los ayuntamientos por olvidarse, al dar facilidades a las grandes superficies, de un sector que "genera más empleo" que los macrocentros. Los constructivos reclaman apoyo público -parkings, mejoras del tráfico, de tasas, publicidad- y apelan a la iniciativa del propio empresario para modernizarse en un mercado libre, pero defienden que se puede luchar por la supervivencia.

Entre éstos puede incluirse a la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios de Castilleja de la Cuesta (Apymecac). Agrupa a 70 tiendas del municipio que acoge a la primera tienda andaluza de Ikea, nació ante el inminente aterrizaje de los suecos y para salvar el convenio que daba al comercio local prioridad para instalarse en la galería. Su presidente, Juan Francisco Salas, explica que es pronto para balances, pero que sus asociados recelan sobre todo de lo que pasará a partir de junio, con las grandes marcas de ropa en el centro comercial, y trabajan ya en campañas para alentar las compras en el casco histórico, estudian con la alcaldesa mejoras en el tráfico y aparcamientos que hagan fácil el desplazamiento.

Pero transmiten cierto optimismo, que explica Reyes Burguillos, dueña de una tienda de cortinajes, al reconocer que hay "miedo" pero que Ikea ha puesto a Castilleja en el punto de mira comercial y si se aprovecha "dará vida al pueblo". Ella es una de las 15 empresarias locales -un número escaso, se preveían 40- que ha decidido abrir tienda en la galería de Ikea. Tiene seis meses exentos de pago, pero el alquiler de 47 metros le costará 2.100 euros al mes, al nivel de la milla de oro de Nervión. Una sociedad con su cuñado, que trabaja el parqué, le ha permitido asumir el riesgo. Reyes defiende que la baza del pequeño comercio está en ofrecer algo personalizado a un público que no va al centro comercial para ciertas cosas.

Menos optimistas se muestran los comerciantes en los municipios que rodean a Castilleja. José Cansino, de la asociación de Tomares, afirma que ya el miércoles se "notó bastante" la bajada de clientes, aunque se normalizó hasta el fin de semana. "Va a afectar bastante", dice y coincide en las necesidades perentorias en que los ayuntamientos deben respaldar al comercio local para resistir (tráfico, policía local, aparcamientos...), pero aporta otro punto de vista: "Las pequeñas tiendas son las que crean identidad de pueblo", es donde se conoce al vecino, se comenta el devenir diario, se crean lazos con el territorio. Los alcaldes, asevera, deben pensar también en el comercio local para construir algo más que ciudades dormitorio.

En Bormujos, el presidente de la asociación de empresarios, Teodoro Librero, es contundente: "A muchos pequeños y medianos comerciantes se los van a cargar", no sólo por la nueva gran superficie de Castilleja, sino por el elevado número que ya existe o hay en proyecto. Cuando se abre un nuevo centro y se piensan en compensaciones, no se ve de una forma global, sino municipalista, cuando la aglomeración urbana es un hecho.

Al presidente de la Agrupación de Comerciantes del Aljarafe, José Nogales, sus asociados del sector del interiorismo de San Juan, Mairena y Palomares le han confirmado que "la cosa ha estado más tranquila" de lo habitual en estas fechas desde que Ikea abrió. Confía en que sea por "la novedad", pero es realista: "Conozco otras tiendas de la marca y sé lo que arrastran" dice y, aunque coincide en las reivindicaciones, apela al comercio local a abrir su mentalidad, a especializarse, cualificarse y asociarse para ofrecer ventajas conjuntas -con la nueva filosofía del centro comercial abierto- que le hagan atractivo. Algo más que la, siempre imprescindible, tienda de la esquina.
Finalmente la crisis junto con las grandes superficies han llevado a una situación muy complicada a los comercios, ¿no os parece?

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